24 agosto, 2012
Este verano, que está a punto de escaparse entre mis manos, he disfrutado como una enana haciendo improvisadas sesiones fotográficas con mis niños y Rafa, mi marido. Me encantan esos ratos con la cámara en ristre de los que obtengo tesoros, como el que comparto hoy con vosotros, que no siendo de gran calidad profesional son imprescindibles para mi día a día.
Instantáneas que durante los meses más fríos del año me acompañarán en el fondo de escritorio de mi ordenador para hacer volar mi imaginación a estos días de asueto y ayudarme a ser más creativa. Imágenes con las que soñar de nuevo con esos ratos en familia en los que no mirábamos el reloj prácticamente para nada y disfrutábamos jugando con los pequeñines.
Fotos al fin y al cabo, con las que disfruto como una enana.
2 comentarios
Que foto mas bonita! Yo tambien me paso el dia pegada a la camara, pero es que luego cuando veo las fotos me vienen todos los recuerdos y me encanta!
es como dices, un tesoro. Cuando veo estas fotos pienso que dentro de 10 años nos harán llorar, verdad?