Cuando terminas el año desde la costa, te gusta la fotografía y tienes a dos hijos rogándote bajar a la playa, es inevitable la negación. Cojes una manta, el último cuento de nuestra librería infantil y a detenerse. A disfrutar de las bellas ilustraciones que contiene, bajo los últimos rayos de sol del año.

Batiscafo bajo el mar está repleto de cuentos maravillosos que Katiuska (una batiscafo aburrida de su monótona vida) va descubriendo a lo largo de cada una de las páginas de este libro. Es un libro ideado por Cris Camarera, alma de Kireei.

En casa llevamos semanas disfrutando de las historias de este Batiscafo. Con ilustraciones de lo más variopintas, relatan con detalle historias diferentes, divertidas y con un gran espíritu creativo que llega a traspasar la frontera de la lectura.

Un cuento de cuentos en el que Rubén ya tiene favorito: el número 7 de la calle Sebastopol. Está escrito por la misma Cris Camarera y Natascha Rosenberg que lo ilustra de forma fabulosa, dando vida a familias de lo más sorprendentes.

Familias como los Dupont, Perrier o Leblancque… Instaladas en el número 7 de una calle de París se salen de lo habitual. Destacando entre sus vecinos «los normales» por hacerlo todo al revés, disfrutando de hábitos de lo más extraños a la par que divertidos.

Batiscafo, un cuento para leerles mientras te miran embelesados. Mientras esperan como agua de mayo que llegue el día siguiente para conocer junto a Katiusca otra aventura sorprendente. Como la de El ratón que quería volar o la joven Miranda que detestaba el viento.

Y para aventura, las carreras que junto con Nayra, la cocker de mis padres, se pegaron por la playa después del relato. Lanzando conchas al agua o arena al cielo. No sin la consiguiente visita arenera hasta casa de los abuelos. Incluso llegaba arena dentro de los bolsillos y de los divinos gorros de osito de Omini.

Sin duda, el recuerdo que nos quedará del último día del año, gracias a Cris. Gracias a su Batiscafo en el mar. Será imborrable tanto para ellos como para mí.

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