
Tuvimos en mente convertir una cuna en un escritorio desde que vi la idea en alguna imagen en Internet. A los dos años y medio, Sofía pasó de la cuna a la cama y desde entonces la idea no dejaba de rondarnos por la cabeza. Me daba mucha nostalgia regalar la cuna y como nadie me la pidió prestada, decidí guardarla para renovarla como escritorio cuando tuviésemos tiempo y redecorar la zona de juegos en el salón.
El tiempo para hacer la cuna escritorio tardó en llegar dos años más pero, por fin podemos decir, que la cuna seguimos usándola aunque no para un bebé, sino para el padre de las criaturas.
Lo que necesitarás para convertir una cuna en escritorio será:
-Un tablero de madera o melamina. El nuestro de melamina lo encontramos en Leroy Merlin.
– 4 tuercas de embutir
– 1 Broca de madera y taladro
– 4 soportes para la base del colchón de la cuna
– 4 tornillos para sujetar los 4 soportes (nuestra cuna ya los tenía)
– Destornillador
1. Agujeros: El primer paso es hacer unos agujeros nuevos en los tableros principales del mueble que queden a la altura que necesitarás tener el tablero de la mesa. Ten en cuenta el diámetro de las tuercas de embutir antes de aventurarte. Es inevitable sentir dolor cuando se taladra la cuna de tu bebé pero, siempre puedes pensar, si se reutiliza algún día como cuna, esos agujeros nuevos acabarán tapados por la ropa de ésta)
2. Tuercas: Hechos 4 los agujeros, coloca las cuatro tuercas de embutir.
3. Tornillos y base: Atornilla los soportes de la base del colchón en las tuercas que acabas de colocar.
4. Tablero: Coloca el tablero sobre los soportes que atornillaste y fija los cuatro últimos tornillos que mantendrán fija la tabla del escritorio. ¡Listo para estrenar!
La que era la zona de juegos de los niños en el salón, ha tomado otro aspecto. Se ha convertido en un espacio compartido en el que ellos pueden seguir jugando y teniendo sus juguetes a mano, pero donde también papá tiene su propio lugar para trabajar.
La mesa y las sillas continúan en su lugar y caben perfectamente bajo la cuna-escritorio mientras éste no se está utilizando.
Al final, aunque tarde, la dicha ha sido buena y convertir una cuna en escritorio ha resultado de las hazañas más útiles que hemos llevado a cabo en los últimos meses. ¿Te atreves a convertir la cuna que tienes en casa en un escritorio? ¿Le has dado algún uso cuando tus hijos ya no la necesitaban?
* Este post es una colaboración con Leroy Merlin aunque la idea, los textos y las fotografías son mías.
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2 comentarios
Menos mal que el peque no se entera porque si no se quejaría que destrozasen su cuna. Fantástica idea y muy practica. felicidades
Los peques se enteraron de hecho y no pueden estar más contentos. La cuna se puede reutilizar, así que si hace falta usarla para otro bebé, estará intacta. Gracias 🙂