Dicen que no existe el amor a primera vista pero para mí, conocer la tienda de Copperpot hace algunos meses fue algo más que un acierto, fue todo un flechazo y no puede existir día más acertado para hablaros de ella que el día de San Valentín porque en cuanto atraveséis las puertas de este encantador establecimiento quedaréis tan prendados como yo, y os pasará lo mismo que me pasó a mi, desearéis hacer una escapada a Madrid, entre otras cosas, para conocerla de primera mano.
Cuando supe de ella, gracias a Bea de Con botas de agua, me cautivaron sus productos de fieltro en forma de sencillos móviles de cuna y, más tarde, su selección de cuentos, prendas de vestir y juguetes me fascinaron pero, al entrar a ella no podía dejar de pensar en lo bien que lo podía haber pasado Rubén rodeado de tantos juguetes bonitos.
Sus creadoras, Vanessa y Begoña, diseñadora-ilustradora y fotógrafa respectivamente, además de ser encantadoras y tener un gusto exquisito convirtiendo a Copperpot en un espacio más que singular en el Madrid más castizo, también son solidarias y disponen entre sus artículos las baberolas de Netiolio que destinan el 50% de su beneficio a una ONG de Senegal.
¿Os quedáis con ganas de más? No hay problema. Aunque no disponen aún de tienda online podemos ponernos en contacto con ellas mediante su web o página de Facebook y hacen envíos a toda España así que ya no tenéis excusa para dar un caprichito a los reyes de la casa o a vosotros mismos porque yo ya sé que es lo próximo que quiero de entre todas estas lindezas ¿Habéis visto esas maletas? 😉
¡Feliz jueves!