Ya se que los niños están a punto de acabar el curso escolar pero la falta de sueño no me ha hecho volverme majareta ni perder la memoria, mi vuelta al cole ha tenido lugar esta semana. Sí, ¡mi vuelta al cole!. Ha tenido lugar gracias a la asistencia de la primera reunión del «cole de mayores» de Rubén, el mismo cole de «mamá cuando era chiquita» como lo hemos renombrado en casa.

Mi nerviosismo, la ilusión y la inquietud por ver su reacción al entrar por aquella gran puerta de colegio se apoderaron de mi días y horas antes de la cita, pero la alegría y la ilusión que se reflejaron en los ojos de Rubén me valieron la pena como su peso en oro. Hasta sus nervios de última hora que expresaba a base de hacer más pegoletes (tonterías) que de costumbre.
Sus mejores momentos, al entrar en la capilla del colegio (y es que éste enanillo ya es otro «jartible» de la Semana Santa (capillita que lo llamarían también) y más tarde al ver las clases de los chiquitines (las suyas), plagadas de nuevos y emocionantes juguetes.
Recorrer los pasillos, las aulas o el patio, lugares en los que pasé tantas y tantas horas de mi infancia, acompañada ahora por mis hijos y Rafa, fue una experiencia que no podré olvidar nunca y que procuraré recordar cuando el día 10 de septiembre llegue realmente la vuelta al cole, el estreno del cole en nuestro caso, y reaparezcan esos celos de madre gallina que no quiere que nada ni nadie separe a su pequeño de sus alas. En ese momento gallina, prometo acordarme de mis buenos momentos en el colegio, de las amistades que hice y que perduran hasta el día de hoy y, por supuesto, recordaré los valores que me inculcaron entre aquellas paredes (fueron más lo buenos que los malos ratos) y que forjaron parte de la persona que soy hoy.
¡Feliz fin de semana!

Suscríbete a mi newsletter

Lee Atm en tu correo para no perderte nada de nada

Un poco sobre mí

¡Hola! Mi nombre es Mamen, directora de arte en Blanco Ruso y autora de este blog personal, donde encontrarás recursos creativos para mamás todo terreno.

1 comentario

  • Como cuestan a veces los cambios…cuesta admitir que nuestros pequeñines se nos hacen mayores…yo pasé por el eso el año pasado y también me entró una morriña tremenda…

¿Y tú qué opinas?

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

He colaborado con